Dos citas confluyen aquí.
En primer lugar un artículo de Batania titulado Umbral, tío, tron, donde puede leerse lo siguiente en referencia a Francisco Umbral: También les dirán que escribió 126 libros, pero tampoco es cierto: yo me los he leído y atestiguo que lo que verdaderamente hizo fue escribir el mismo libro 126 veces.
En segundo lugar, un fragmento de un poema inédito de Elena Conchello:
para el que osa repetirse,
no le queda más que satisfacer su juego con la masa
Cada vez que me siento a escribir me enfrento a una idea sencilla y terrible: sólo tengo una oportunidad de alcanzar este poema.
La psicosis organizativa que sufro antes del acto y la fantasía de endiosamiento que se erige después del mismo, no valen nada, nada, en comparación con la sangre de ese instante.
Olvido mis poemas. Todos y cada uno de ellos. Especialmente los que fueron escritos hace un momento. Y cuando tengo problemas para seguir olvidando, sé que ha llegado el momento de enfrentarme al libro.