[Destilaciones obtenidas de: El pez místico. Nuria Ruiz de Viñaspre. Ed. Olifante. 1ª edicion, Zaragoza, 25 de abril de 2009.]
Hay un pez en mi sexo
mordí el anzuelo de su boca
y perdí mis extremidades
entonces, cuando todo fue turbulencia
olvidé mi hermética transversalidad
¡qué muerte segura cualquier día de sol!
¡qué espectáculo de sangre flotando rota!
¡qué hermética su materia
fijada en el ancla de mi vida!
sería gimnasta de suelo sin pecera
una arruga sin mapa
un atlántico necio
una lavadora exaltada
un pez con traje limpio
¿Tanto te pesa el agua?
Nuestras voces son tan líquidas
suaves y alargadas
son voces que nunca chocan
contra ningún objeto
Su silencio hecho sal
aplastó mi cabeza
soy como ese animal sagrado
sacrificado por el verbo
ahogado por un ansia que le condujo
a la más absoluta imperfección
Ahora sólo soy un cuerpo
un lugar
un espacio al sol
Tengo flotando en mis ovarios
Emigrantes mudos en ensordecedores cuerpos
están dentro
materializándose bajo mis manos
mientras excavo espinas en sus puntos cardinales
pequeña bestia amnésica recién reconstruida
cómo no me di cuenta
que en este legítimo error de suicidas
te acechabas a ti mismo